Imagen: Bellas espinas.
…
Veo el fondo de mi copa.
Sigo la última gota,
miedosa en el fondo,
con el rabillo del ojo.
…
No es sabor lo que busco.
Es sofoco. Poder absoluto.
Pesar en el rio de cristal pulido
Un divertimento a mi lengua.
…
Un dulzor ardiente
que apague el dolor.
Aunque el dolor mitigante,
en el fondo me mate.
…
Mis mejillas te alejan.
Mis dedos temblorosos,
más que amar descansan,
en el dobladillo de tu falda.
…
Se acabó,
Me rindo.
Y con esto,
vendo mi alma.
…
O la regalo.
Que para lo que sirve
a lo mejor a alguien,
le hace un apaño.
…
Lívido.
Frio.
Hincado en la barra.
A modo de muleta.
…
Se apoyan mis brazos.
Descansa el alma.
Respira. Respira.
Amanece un tono más.
…
Me cuesta.
El aire quema.
Los pulmones achican
amargos recuerdos.
…
Eco infinito.
Ambages mutilados
de tanto usarlos,
al volver a casa.
…
Al final, el pianista,
Tenía razón con su melodía.
Este mundo de mediocres
tiene su rey por un día.
…
Momento de irse.
Pierdo el pulso.
Si me rindo hoy
Mañana puedo ganar.
…
Este matadero de cuerpos
cierra con el alba y el sonido
de un candado que encubre
el asesinato de la esperanza.
…
Hace frio aquí fuera.
Las farolas no forjan sombra.
Mi espalda sudorosa se dobla.
Bramo maldiciones de cal.