El carrusel de lo efímero

sábado, diciembre 28, 2024 Permalink 2

El carrusel de lo efímero

En el centro de la noche, bajo un cielo bordado de estrellas, un carrusel gira, eterno en su movimiento, iluminado por luciérnagas que juegan a los dados, eligiendo a quién regalarán su breve chispa de luz.

La música mecánica, antigua como un susurro olvidado, inunda el aire con su melodía cíclica, como un eco de risas infantiles que se niegan a desvanecerse. Cada nota, cada giro, es un instante robado al tiempo.

Los caballos, tallados con manos que entendieron los sueños, danzan en su vaivén, algunos galopando hacia un destino indomable, otros quietos, cargando el peso de quienes buscan la fantasía perdida.

Sobre la madera del carrusel, las luciérnagas se desafían, ajustando el azar en pequeños destellos, como diosas diminutas que deciden, a quién iluminar en la penumbra de la existencia.

Y tú y yo, pasajeros de este carrusel sin fin, nos rendimos al idílico acto de pensar libremente, de dejar que la mente se vuelva chispa y se pierda en el viento. Cada vuelta es un nuevo universo, cada destello una pregunta sin respuesta.

¡Qué breve e infinito es este momento! Un carrusel que no nos lleva a ninguna parte, pero que nos recuerda que la belleza no necesita destino, solo el efímero milagro de existir.

El carrusel gira, la música resuena, y las luciérnagas, en su juego eterno, se vuelven el reflejo de lo que somos: huellas de luz danzando en el lienzo del tiempo.