No mueras en mí.
La ineludible urgencia
de la bocanada de aire
que sustenta esta vida.
Palabras para definir mil mundos.
Combinadas, incuso soy capaz
de reinventar más de un universo.
Eres el vértice de mi locura.
La posesión fronteriza.
La intensa sensación
de un sueño inconcluso.
Déjate llevar por mis labios.
Muéstrame el camino
hacia el nido celestial
de tu piel inexplorada.
Somos deseo mal templado.
Estigma de viejos recuerdos.
Obsoleto y prescindible pasado.
Sonido sin su imperioso eco.
Pero al mismo tiempo llueves.
Sobre piel que reverdece.
Sobre el desierto de ausencias.
Sobre espuma que se escancia.
Eres la conquista de mi impulso.
El dulce culmen de esta tarde.
La sonrisa dispuesta tras la sombra.
La caricia que arrulla mis alforjas.
Al fin y al cabo, el amor
es la muerte del deber.
Ante la victoria cierta
nunca extrañes el pasado.
No hay mundos perfectos
más allá de donde vivimos.