En el eco del silencio

miércoles, diciembre 25, 2024 Permalink 2

Si no existieras,
mi vida crearía un vacío silente,
un brillo apagado,
una capa de lustre rustida por el deseo,
frágil como una brisa
que silba sin eco ni respuesta.


En el eco del silencio, tu amor me encontró,
como luz en la penumbra, como llama en el sol.
Si no estás, mi vida canta, pero pierde su voz,
eres todo lo que llena mi vacío interior.

El amor sería menos que un murmullo,
un intento ahogado de la creación,
un rumor de un río seco,
el destello de una estrella caída,
un canto que nadie escucha.

Pero estás aquí,
y en tu presencia el viento celebra,
el deseo encuentra su forma,
y la capa gastada resurge de nuevo.
Eres el latido que colma el silencio,
el eco que responde al abismo,
el roce del fuego en la piel del tiempo.


En el eco del silencio, tu amor me encontró,
como luz en la penumbra, como llama en el sol.
Si no estás, mi vida canta, pero pierde su voz,
eres todo lo que llena mi vacío interior.

Eres la chispa que enciende lo dormido,
la llama que circunda al vacío.
Y en este espacio compartido,
amor, creación y necesidad
se entrelazan como raíces y ramas,
como el cielo que no se entiende
sin la tierra que lo sostiene.


En el eco del silencio, tu amor me encontró,
como luz en la penumbra, como llama en el sol.
Si no estás, mi vida canta, pero pierde su voz,
eres todo lo que llena mi vacío interior.

Si no existieras,
el mundo giraría,
pero sin la plenitud del encuentro.
Serías el vacío,
y el punto final:
el reinicio de todo lo que nace
para colmar la ausencia.


En el eco del silencio, tu amor me encontró,
como luz en la penumbra, como llama en el sol.
Si no estás, mi vida canta, pero pierde su voz,
eres todo lo que llena mi vacío interior.