Que fácil es mirar hacia otro lado
cuando “La Navidad” nos invita
a recordar nuestro origen humilde
y nuestras ansias de revolución.
Hoy el mundo es de los valientes
que han vencido al destino
a cambio de un buen fajo de dinero
y una casa confortable con aroma a pino.
“La Navidad” es sueño por realizar,
Espinas clavadas hasta el corvejón.
Rutinas ancladas en el miedo.
Alambradas sin compasión.
Y sin embargo me asaltan las canciones.
Los pareados y las estrofas.
Donde alguien sonríe a un desconocido
sin pedírselo por favor.
Quiero irme a dormir soñando.
Que alguien derramó una lágrima
leyendo estos versos aleatorios
y no cruce la calle para evitar la pobreza.
Pasará “La Navidad” – sí, con mayúsculas-
e invitaré a mi mesa
a todos aquellos que la vida pidió su cuerpo
ante la presencia de su Superior.
Descorcharé una botella de ilusión.
Pensaré que es posible
que un día despierte
y mi barrio respire Paz.
Y no pronunciaré la palabra miedo
Ni reproche.
Ni soledad.
Ni compasión
Feliz Navidad.