Historia de un titiritero

martes, mayo 27, 2014 Permalink 0

Te percibo mía y sin embargo no te siento como tal.

Prefiero la incertidumbre que renunciar a esta ilusión.

Te enroscas en mi regazo mientras recorro tu cuerpo.

Tu piel, irreverente, late de forma continua y pausada.

Tristeza y alegría se asilan en casa de la locura.

Rosas acunadas sobre la mesa de noche.

Contamos casualidades entre ideas sin pasado.

Mientras tanto, velo la mansa cadencia de tus pestañas.

Esa costumbre fugaz en la que parpadeas vulnerable.

Me postro sobre el vientre que me retiene a la cama.

Aprendemos, de a poco, a vivir como esencia de ambos.

Almas sesgadas por la arritmia que se aleja otro poco.

La almohada soporta sueños vacíos y sal cristalizada.

Un tren que renuncia a marchar en círculos concéntricos.

Ni que la distancia sea otra escusa para cerrar los ojos.

Hace tiempo que retengo tu sabor al borde de la locura.

Una historia que trata de un titiritero y su deseada magia.

En esta intensidad, mi alma aprendió a contener la respiración

Vientos que recorren la espalda desde la orilla de tus labios.

Crónicas nacidas del vientre y oxidadas bajo siete llaves.