Nunca me he alejado del mar
más allá de los confines
donde puedo recordar al instante
el aroma a la sal.
Sus fascinantes historias.
La crepitante llama
de la noche estrellada
sobre la salpicada arena.
Sus caracolas marinas.
Su acurrucante vaivén.
Sus amplias miras.
Su rendición en la orilla.
Y sobre todas.
Aquella noche –La noche-
donde tus sueños reposaban
en mi vientre sobre la arena.