Cuando el amor verdadero juega con las sobras de la noche.
Cuando la belleza es el perfil del aroma que exhuma tu piel.
Cuando dudo de la forma perfecta tenerte y te miro.
Cuando te vas y mi alma se esconde en el dobladillo de tu sombra.
Ese es el momento en que me gusta respirar a bocanadas.
Respirar el brillo puro y limpio de tu esquiva mirada.
Abrazo el cariño de los recuerdos en el pasillo de camino a la cama.
Me impaciento ante el amanecer de tus tórridos abrazos.
Haces que la noche crepite.
Que cante el deseo
de aquellos gritos íntimos
con que musitabas te quiero.