La vida nos convoca a su presencia
Nos lleva. Nos trae. Nos separa.
Se mueve por caminos oscuros
para volver a hacernos coincidir.
Pasar una prueba no sirve para superarla.
Cuando menos te lo esperas aparece,
como un rayo de luz fugaz que se adhiere
y exige atención y examen urgente.
A veces es una losa.
Otras un recuerdo,
Otras, simplemente,
una sensación que te envuelve.
Si pudiera elegir mis recuerdos,
me quedaría con la infancia.
Dura dentro de la familia,
pero inmensa y plena en la calle.
Juegos trepidantes.
Amistad inquebrantable.
Complicidad permanente.
Y algún dolor en los dientes.
Los días puros.
Los de la paradoja estridente.
Aquel primer amor, hoy lejano.
O el ultimo adiós a mi amigo.