La gente pasa.
Tú estás de rodillas.
Y la gente pasa
absorta en su ego.
Las rosas vertidas
sobre la mesa de noche.
Los sueños incrustados
entre el techo y el suelo.
En silencio recoges
los últimos rescoldos.
Queman tus dedos
evaporando el pasado.
Por arte de magia negra
el brillo entusiasta de tus ojos
se convierte, de la noche a la mañana,
en gotas con regusto salado.
La gente pasa.
Tus rodillas sangran.
Y la gente pasa.
La gente pasa…
Hoy cambiaria.
Todo el ajuar atesorado
porque alguien acune
mis miedos con una nana.