No tuve infancia.
Tuve vértigo.
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Pasa el tiempo y añoras
la osadía de la ignorancia.
Los retos que una mente
supera con algo de suerte.
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Las grandes lluvias,
traían aparejada
grandes correntías
en el fondo del barranco.
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El reto de aguantar su fuerza
sin asirte con las manos.
Desafiando su fiereza
hasta que caías de espalda.
…
El revolcón entre piedras.
Barro, cartones y madera.
Y aun éramos capaces
de levantarnos con una sonrisa.
…
A veces pienso
si sería quien soy
sin las ruindades con mis amigos.
Sin las esquinas mágicas de mi barrio.
…
Hace unos días paseé por sus calles.
El gris ya no tenia encanto,
Ni el olor de los guisos de las madres
atraían mi nariz de ardilla hacia la cocina.
…
Sigue siendo mi barrio.
Pues tengo el orgullo de ser
del lugar de donde vengo.
Pero allí, ya no vive mi infancia.
…
Y es que ahora que recuerdo
tras el humo de un buen puro,
mas que infancia,
tuve vértigo.
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