Hay un tiempo,
corto e intenso,
en que damos forma propia
a todo lo que nos rodea.
Momentos creativos.
Donde creamos lienzos
como cometas bajo las nubes
creando fábulas en serie.
Hay otro momento,
lento y parsimonioso,
donde los sueños, caprichosos,
se atascan una y otra vez.
Ahí, sacamos el elixir
de aquel corazón que trazó
las líneas del destino
sobre las nubes errantes
Más adelante, vendrán las pantuflas
que nos resguardan del frío
Y nos permite, entre cabezadas,
danzar furtivamente con los recuerdos.
Entre aquel lienzo
y ese sueño,
no desgastes el tiempo
inventando desencuentros.