Me gustan las notas
escritas al margen.
Las anécdotas.
Las sensaciones mínimas.
Los motivos inconfesables.
Lo apócrifo.
Lo que es veraz
por su propio aroma.
Lo que percibes
tan solo hurgando.
En silencio.
Con la sonrisa contenida,
y una tensión recluida,
a modo de ilusión.