El zaguán de tu casa.

lunes, octubre 26, 2015 Permalink 0

 

El Zaguán de tu casa.

 

No muestro lo que soy, porque lo dejé en el zaguán de tu casa

cuando te daba los buenos días buscando indicios de tu sonrisa.

La maravillosa adolescencia. Embrión de lo que soy hoy en día.

No tengo recuerdos yermos de risas, ni huele  tierra quemada.

La ilusión nutre el almacén de pensamientos que llamo recuerdo.

Fuimos apología del deseo consumado en una beso azul celeste,

que asentó mi corazón patas arriba las siguientes mil y una noches.

Mi poesía es la semblanza de una tropel de sonrisas encadenadas.

Una luna hermética que solo vivía en las calles oscuras de mi barrio.

De vez en cuando ensayo sensaciones eligiendo precisas palabras

que revolotean con una fragilidad digna del encanto que derrochaste.

 

 

Trazos esquivos

viernes, octubre 23, 2015 Permalink 0

 

En el otoño de tu mirada,

aun me sorprenden

trazos esquivos

de la última primavera,

que me enamoran.

Historias a vuelapluma

miércoles, octubre 21, 2015 Permalink 0

 

Mi memoria traza, desde hace tiempo, historias a vuelapluma.

Un surrealismo incombustible anegado de urgencias e ímpetu.

Tal vez, la llave de los sueños, necesita engrasarse de nuevo,

ante la agonía de una musa caprichosa ilustrada con desamor.

Remamos, cada día,  a favor y en contra de la corriente.

Buscamos el deleite del momento sin valorar el esfuerzo

que conlleva construir un palacio de uso propio y compartirlo.

Prefiero disfrutar pletórico, de la pinacoteca de los momentos

antes de convertir mi vida en un hidalgo museo en desuso.

No hay irreverencia en la distancia, aunque si un gran dolor.

Aprendemos a perder antes de atrevernos a ganar con riesgo.

Ni Hades es un infierno insoportable, ni el cielo una panacea.

El tedio de las palabras se conmueve con un simple gesto.

Se sublima con una caricia o con la mística del  destiempo.

No quiero reinar sobre el páramo de una piel que caduca.

Una ficción alejada del narcisismo de  la necesidad oblicua.

Siempre me he alejado de los senderos que se bifurcan y,

sin embargo, me muevo bien en el vaivén de las las olas.

Señalemos un  día en el calendario y brindemos por la vida,

la veces que sean necesarias para reinventar la eternidad

 

Añoro tu cara de ángel

martes, octubre 13, 2015 Permalink 0

 

Añoro tu cara de ángel.

 

 

Temo la desafección de tus manos.

La desilusión de lo vital y común.

Los finales de etapa.

Caminar por caminar.

La regeneración de recuerdos.

La independencia de los celos.

La desigualdad en las relaciones.

El rearme miedos pretéritos.

La provocación inconclusa.

Los  sueños novelados.

El todo o nada.

Las acrobacias lúdicas.

La guillotina de la curiosidad.

Las persecuciones a oscuras.

El testamento del mito.

La fácil que deriva en difícil.

La hiriente palabra.

Los que dieron su vida.

O parte de ella.

Los espectros errantes.

Las rodillas melladas.

Las alas quebradas.

 

Añoro tu cara de ángel.

Y que seas la estrella Polar

cuando deseo vivir en tu cama.

 

Para no perderte

jueves, octubre 8, 2015 Permalink 1

 

Acabas de despertarte.

Tu mirada pide un abrazo.

De esos que nos gustan.

De los que abrazan.

De los que besan.

De los que sujetan,

para no perderte.

Me acomodo a tu espalda.

Siento la tensión.

De tus músculos.

De tu espina dorsal.

Incluso creo sentir,

como crepita el deseo.

Buscas mi cuerpo,

entero y dispuesto,

hasta que la piel se abre

e integra la tuya.

Un movimiento envolvente.

Acaso sin fin.

Mis labios quieren jugar.

Buscan piel de tu espalda,

donde el deseo se arquea

y  lo suspiros despiertan.

Las piernas se entrelazan.

Los cuerpos se enervan.

Sucede lo buscamos,

con un preludio de silencio

y una culminación,

locamente desordenada.

Donde tu yo somos nosotros.

Y de paso reinventamos

El significado de renacer.

La dúctil corteza

martes, octubre 6, 2015 Permalink 0

 

Me duele que todo sea verdad.

Que lluevan negros lamentos,

sobre vetustos abrazos.

 

Los viejos caminos de barro.

Los raídos espejos

que distorsionan tus pasos.

 

La dúctil corteza

con que nos añeja el vino

entre carencia de abrazos.

 

No quiero terminar

como el cuadro triste y polvoriento

que yace, apoyado en el suelo.

 

Ni quiero estar lejos de ti,

cuando extiendas tu alas

y reemprendas el vuelo.

 

No te interpreto .

Me limito, simplemente,

a amarte.

La espera de brillante mirada

lunes, septiembre 28, 2015 Permalink 1

 

Nunca una mezcla de esmeralda y oro cautivaron tanto.

Instalada en la sugerencia y en la espera de brillante mirada,

repaso una y otra vez las curvas escondidas y el aroma intenso.

La perdición y el pecado tensan el deseo y el deber, estalla.

 

Aprecio cada tiempo compartido y las largas ausencias.

Lo que puede ser si nos desvestimos de condicionantes.

Lo que deseas y no pides. Lo que anhelo y no concedes.

Una cena exótica entre costuras y complicidad con final feliz.

 

Lo sabe el tiempo y lo añora el tacto.

La lealtad inmisericorde y sus miedos.

Una atmosfera sin un átomo de dolor,

impide consumar una gran historia.

 

Al fin y al cabo,

el desamor, antaño sufrido,

no solo corta con su filo,

sino que impide resucitar.

 

 

Necesito mas espíritu

jueves, septiembre 24, 2015 Permalink 1

 

No entiendo porque no estoy muerto.

Tantas veces expuse el corazón

que ya no existe espacio para las heridas.

 

No siempre fui víctima.

Algunas fui verdugo.

Aunque siempre sangré.

 

Necesito mas espíritu,

y menos banalidad.

Incluso existencial.

 

¿Soy semilla o fruto?

¿Tal vez maduré antes de tiempo?

¿Acaso la disección de mis palabras

la realizan, adrede, con un cuchillo romo?

 

Vivo inmóvil. O tal vez sobrevivo.

Observando. O tal vez esperando.

Reconozco que me canso,

y también que me asusto.

 

Mi frente se arruga

y mis esperanzas,

menguan también.

 

Miro el cielo y  observo nubes.

Lejos de aquellas vías de estrellas,

coronadas por una sonrisa.

 

La nada que amaba,

hoy me envuelve.

Y molesta.

 

Robo tiempo y sonrisas

para satisfacer mis penas

en cualquier esquina.

 

Desgasto libros enteros,

sacados de un angosto baúl.

Oxidados por la parsimonia del tiempo.

 

No sé si escribir un libro

con el cúmulo de ideas perdidas,

o dejar que mi plateada sien,

lo esconda bajo océanos de nostalgia.

 

 

Todo era mentira

martes, septiembre 22, 2015 Permalink 0

Todo era mentira.

Y como tal,

insignificante.

 

Una diáspora

de palabras vacías

paralelas entre si.

 

Un infierno lúcido

en el nombre del padre

y de la intransigencia.

 

Olvidos desmenuzados

al son de una marcha

con armazón de barro.

 

Épica agridulce

que acontece tarde

y amarga los sentidos.

 

 

 

 

La vida en blanco y negro

jueves, septiembre 17, 2015 Permalink 0

 

¡Cómo me gusta esparcir cosas minúsculas por todo el suelo!

 

Recuerdos de aquel gorrión perdido que alimentábamos con migas de pan hasta que remontaba el vuelo.

 

La cría de gusanos de seda en una caja de zapatos y la aparición mágica de una mariposa.

 

Las legumbres con algodón humedecidas hasta que nos enseñaban el germinar de la vida a través de una bote de cristal.

 

La captura en las presas de peces para el acuario y el fulgor del colorido de sus escamas.

 

La captura de canarios con falsete y su fascinante sonido al cantar.

 

Las miles de combinaciones del juego de química, de la caja de juegos reunidos, del mecano o del lego.

 

Las luchas con espadas hechas con escobillón.

 

Los trompos tuneados como carracas asesinas.

 

Los boliches de colores y la extraña habilidad para perderlos.

 

La ropa de los domingos para ir a misa o al cine.

 

La fiesta de las barranqueras y sus carreras de barcos de arcilla.

 

Los arcos fabricados con hojas de palmera y sus flechas de trozos de escoba.

 

Los neumáticos reconvertidos en flotadores para la playa.

 

Los interminables veranos.

 

La vecina de arriba.

 

Los amigos del barrio de abajo.

 

El equipaje del barça.

 

La eterna pelota de fútbol de cada día de Reyes.

 

Los chicles hinchables a los que se incorporaba una sonrisa estruendosa cuando explotaban.

 

La ausencia de mala fe.

 

El cruz y raya para las grandes decepciones.

 

El primer amor, siempre escondido bajo la timidez.

 

Los bocadillos de aceite de oliva y azúcar, mas cercanos a la necesidad que al glamour gastronómico.

 

El robo de la leche condensada de la despensa.

 

La avidez al comer recortes de hostias sin consagrar.

 

Los sorbos del fondo de un vaso de vino desprotegido.

 

Las guitarras y cánticos familiares en cada fiesta de guardar.

 

Los discos de vinilo y los cassette de ferrocromo.

 

Los bailes con música lenta y el aroma a colonia.

 

El primer beso de Carmen.

 

La vida en blanco y negro.

 

No soy nadie sin mis recuerdos y todas sus primeras cosas.

 

Esas que esparzo una y otra vez y que forjaron quien soy.