A veces la ilusión se aleja
cabalgando sobre nuevas corrientes.
No te afliges porque te has hecho fuerte.
Ya puedes pergeñar tu propia historia.
Podríamos llamarlo “efecto marioneta.”
Pues ya sabemos caminar
sin que los hilos invisibles de siempre,
manejen el destino a su merced.
Inicialmente sentimos recelo.
Todo es nuevo. Distinto. Veraz.
Y sin embargo ya sientes
el ímpetu de del viento al galopar.
Todo mi universo
en un punto de luz.
La tabla de salvación
del abismo de la soledad.