Recuerdo a Ícaro
revoloteando hacia el sol
sin un ápice de miedo
ante la certeza del riesgo.
Aun es Otoño.
Y las hojas en remolino
caen ensambladas con el capricho
de rellenar nuestro lecho.
Desata un beso de tus labios.
Deja que expire en la larga noche.
Que fecunde sus caprichos
sobre lienzos con trémulo arte.