Un mundo de consecuencias.
Atrapados en el miedo a la ausencia.
Contando los años vividos
y los minutos por vivir.
Con mas miedo a la incertidumbre
que a los esqueletos del armario.
Un pasado fugaz por la intensidad,
que me impidió disfrutarlo.
Un futuro, ciertamente corto,
para las ilusiones que quedan por forjar.
Un dilema, entre la intensidad
de los estambres del azafrán,
y la hermosa corola de las rosas que,
desordenadamente, perlan el jardín.
La vulnerabilidad agazapada
bajo la piel de un león.
Forjemos largo el futuro,
para que vivas siempre en él.