Una vida irracional y otros amores difíciles

jueves, noviembre 26, 2015 Permalink 0

 

No deseo utopías en este otoño, que cala los huesos y funde esperanzas.

Un pequeño viaje  a la religiosa madurez de los sentimientos indiscretos.

Aquellas volandas tornadas en manso refugio, bajo mantos de piel acolchada.

Silencios entremezclados con sofocos y bocanadas de aire compartido de a dos.

Un rango de impaciencia ,múltiple y sesgada,  que nos permite reírnos de todo.

Es cuestión de oscuridad placentera y compartida donde encubrir pretensiones.

Hoy, ya es hoy. Ha dejado de ser mañana. Y suena el tiempo de la consumación.

Reencendamos la fragua, sutilmente adaptada como simple calentador de pies.

Me acusas de secuestro, mientras tus ojos me encadenan de rodillas a tu cama.

Mi hermoso catálogo para  una vida irracional y otros amores difíciles.

 

Sobrevolando París

viernes, noviembre 20, 2015 Permalink 0

 

No tengo respuestas

para las balas que rasgan las sonrisas y silencian las tardes.

Tan solo me puedo enfrentar, abriendo mi pecho de par en par,

y acoger tu rabia e incomprensión, como tu hermano.

Puedes destrozarlo o sumergirte,

a condición que sea el último corazón que fracturas.

De corazón a corazón,

te siento hermano.

De odio a compasión,

tan solo puedo darte mi vida.

Decide,

pero no te equivoques.

La humanidad necesita integrar

las diferencias y ampliar este mundo

para que quepan  todas las opciones.

En paz

 

Una taza urgente de café

miércoles, noviembre 18, 2015 Permalink 1

Un amor nuevo para un corazón viejo.

Una embolia que te lleva en un instante,

desde la muerte a la vida.

Lo efímero adorna el borde

de una taza urgente de café,

que me despierta y noquea.

La caducidad de esta sien blanca,

adornada de disonancias navideñas.

No me pidas evidencias

de lo que es cierto o verdadero.

Reinvento curvas donde la contundencia

crea el oficio de orfebre sobre la piel.

Ostento el incurable placer

de declinar tu besos de a dos.

Historias dentro de historias.

Guerras dentro de guerras.

Aullamos y lloramos sin saber bien

quien es uno y quien el otro.

Novedad tras novedad,

ajustamos cuentas, con tal intensidad,

que reinventamos  la humanidad.

Rellenamos cientos de cuadernos

que permutamos hasta la médula.

Palabras pintadas en el aire

tiritando por un trozo de  piel.

No confieso  historias erróneas.

Tan solo historias no consumadas.

 

 

 

Del capricho de la luz

lunes, noviembre 9, 2015 Permalink 0

 

Soy amante de los pequeños gestos.

De los principios y los finales.

De la belleza rebelde y, a la vez sumisa.

De la intensidad sin fin.

Del menoscabo de la incertidumbre.

De la dignidad del fracaso puntual.

Del matricidio para evolucionar.

Del dictado con tacto y paciencia.

De la dificultad prohibida.

De las sorpresas fascinantes.

De los colores particulares.

Del capricho de la luz.

Del alejamiento con sentimientos cercanos.

Del alfabeto de tu piel.

De la ceguera selectiva que me lleva a palpar.

De la miel con gotas de limón.

De los infortunios compartidos con cualquiera.

De la degradación de la vanagloria.

De la comunidad de nuestras palabras.

De las miradas de los otros.

De los criterios flexibles y mundanos.

De los paseos hilvanados  con viento de cara.

De la importancia de la entrega contumaz.

Del santo grial de tu vientre.

Del espejismo de aquel beso robado.

Del arte que esconde tu abrazo.

De la deriva de mis brazos.

Del mito de la nada.

De mi soledad junto a la tuya

De vivir muy rápido.

De que existas, y yo también.

 

Navegar en tus espacios profundos

martes, noviembre 3, 2015 Permalink 0

 

 

Amar es un viaje que comienza en la elegancia de tus ademanes

y evoluciona hacia el conocimiento de tus miedos y confianza.

Un sustituto neurológico a la soledad de la imaginación tardía.

Resucitas un repertorio de disonancias exentas de máscara.

Podría vivir en otros mundos, pero ninguno en el que no estés.

Un silencio donde vivir y, porque no, donde aprender a sobrevivir.

Puertas de cristal me permiten observarte desde cualquier rincón.

Añoro navegar en tus espacios profundos. Esos que no compartes.

Esos, en los que la locura no es más que un segmento de deseo.

El tránsito en el aire perfumado de tu presencia y mi pecho efímero.

Mis dedos dando nombre a tus lunares, hijos de las constelaciones.

Un aura etérea que envuelve la piel perlada de deseo y pasión.

Entras en mi sin ser sustituto de nada. Realidad propia e inmortal.

Una cadencia que rompe a hablar desde el borde de tu nívea piel,

hasta el interior donde se soportan  los sentimientos puros.