No tengo respuestas
para las balas que rasgan las sonrisas y silencian las tardes.
Tan solo me puedo enfrentar, abriendo mi pecho de par en par,
y acoger tu rabia e incomprensión, como tu hermano.
Puedes destrozarlo o sumergirte,
a condición que sea el último corazón que fracturas.
De corazón a corazón,
te siento hermano.
De odio a compasión,
tan solo puedo darte mi vida.
Decide,
pero no te equivoques.
La humanidad necesita integrar
las diferencias y ampliar este mundo
para que quepan todas las opciones.
En paz