Vivimos de incertidumbre.
De cuentos irresolubles.
De perplejidad ajena.
De indecisión supina.
De inseguridad.
Titubeamos ante lo categórico.
Fluctuamos entre nebulosas.
Padecemos dilemas imprecisos.
Dudamos.
Desconfiamos,
hasta de la sospecha
No tenemos escrúpulos,
y recelamos hasta la incredulidad.
Somos escépticos de armario.
Reparamos hasta la confianza.
Solo vivimos a gusto,
ante la ausencia de claridad.
En el submundo emocional.