No dejes de tocarme.
Despierta mi cuerpo
de esta fría noche
en que no dejo de tiritar.
Caminemos juntos
hasta donde se abrazan
las olas sobre la arena
y dejan su rastro de sal.
Saldré ileso de esta vida
si consigo que las cenizas
las arrastre el viento
junto a las agonías.
Y en esa obra interpretas
el papel protagonista
de la hechicera que conjura
esta silente elegía.