No debemos temer al cambio
pues implica evolucionar.
Al fin y al cabo somos crisálidas
encerradas en sentimiento.
El silencio se convierte en verso.
La soledad en sonrisa.
La tristeza en alegría.
Y lo sueños en ilusión.
Cambiar para crecer.
Para ver el día a día desde el aire.
Ganar en perspectiva.
Y perder en mediocridad.