el deseo incesante

domingo, enero 10, 2010 Permalink 0

Desde un punto en la montaña

nacen ríos que desembocan.

Mares que se amamantan.

Olas que, sobre las rocas, cincelan.



Desde el crepitar salino

evaporan gotas.

A su vez, pergeñan nubes

que acarician con su lluvia.



¿Y que me dices del tiempo que,

constante e imperceptible

llena la piel de experiencias

y el alma preña de sabiduría?



Amo amarte.

Pero más, mucho mas.

El deseo incesante

de conquistarte