En mil pedazos

sábado, julio 10, 2010 Permalink 0

Hace un buen rato

que las notas del teclado

sangran con la cadencia

de mis dedos fatigados.









Tengo la necesidad

que una chispa de fuego

prenda la madera del piano

y tense su sonido hasta el cielo.









Consumir las notas

con destellos de silencio.

Por un instante callar

el ansia de tu recuerdo.









Llueve sobre mis sueños.

Se licua la mañana.

Y la noche estalla

cada día en mil pedazos.







¿Tan difícil es

que aquí sea allí?

¿O que nunca

no se parezca a jamás?