Imagen: Deidre McNamara
…
Recostada sobre la hierba, el sol dora, mansamente, tu piel.
Me divierto recitando las gotas que brotan de tus poros.
Olías a hierba fresca. A silencio luminoso. Tal vez, a mar.
Soplando, refresco tu piel, a riesgo de avivar el deseo.
…
La fragilidad es un punto
entre la mirada y el gesto.
Gotas de rocío ribeteadas
de manso satén.
…
Me rijo por tu propia luz.
Por los destellos de tu mirada.
Por la forma que tienes de crear
un unísono de dos.