Gotas de sed

viernes, febrero 6, 2015 Permalink 0

 

Perdí aquella pupila cargada de estrellas que nos unía en el final.

No soy tu criatura perfecta. Ni guardián de la puerta de tu frontera.

Tu incipiente frialdad acabó con mi último rescoldo de calor.

 

Ningún momento es incompleto

Ni existen gotas de sed.

Salvo cuando el ansia te envuelve.

O la esperanza se disloca de la fe.

 

Los sueños no entienden de piel.

Ni de sangre. Ni de lágrimas.

Nacen para perpetuar.

Languidecen con el tiempo.

 

No dejes entrar a nadie en tu vida

para que ocupe el espacio que compartimos.

Sé capaz de eclosionar en nueva vida,

por respeto a lo que intentamos y ya no es.