No concibo el tiempo sin tu presencia.
Imposible separar las nubes de la lluvia.
El viento de las gaviotas.
O el río del mar.
Me confieso ignorante sobre una vida
en la que no existas.
Un camino que tenga un final
distinto al de tu mirada.
No he hecho otra cosa que buscar.
Y tengo miedo. Lo confieso.
A no saber disfrutar de mis sueños
una vez conseguidos.
Tal vez sea una maldición.
O simplemente la opción
de invitarte a caminar
eternamente a mi lado.