Me rindo a tu esencia.
A las sortijas de tu cabello.
A tu perfume a trigo maduro.
A tu piel dorada en el estío.
…
Al eco de tus pasos al perseguirme.
Al deseo que silencias bajo tu sonrisa.
Al loco despertar que me induces.
Al delicioso recuerdo de tu locura.
…
A veces me despierto
mirando un fecundo brote de sangre
que recorre la etérea piel de tu vientre
esperando a que gotee sobre mi lengua.
…
Donde tu vida concluye
brota la vital simiente
que sostiene mi vida
y rejuvenece mis sueños.