Llevo tu sabor en mis labios.
Las renuncias y los deseos inconfesables.
Y los explícitos también.
Me bebí tu coraje apurando el cáliz.
Hasta su última gota.
Esto si que era una cuestión
De fondo, de forma,
y de gusto también.
No hay fibra que no haya contaminado
la delicadeza de m cándido sueño.
Llevo con orgullo mi alma anegada.
Pasiones de cuando
el rosa torna carmesí intenso,
y las caricias oblea de sentidos.
Mi criatura perfecta.
El palacio de piel y sangre.
La sintaxis de la belleza.
Lo estético de la vida.
La almohada de mi orgullo.