Metáfora envolvente

viernes, junio 18, 2010 Permalink 0

Si mis ojos no ven,

y mis manos no sienten.

¿Cómo glorificaré

esta metáfora envolvente?







Se emancipan mis sueños

como lluvia de invierno.

Sin marcha triunfal.

Y sin posible consuelo.







No quiero abandonarme

a una piel desacostumbrada.

Ni a peregrinar por vitrinas

de neón impersonal y fluorescente.







Este es el desafío:

Conjugar verso y piel

para consolidar deseos

como obra maestra de tus días.