Te saludo en verso
como adelanto al abrazo
que mi corazón dibuja
y mis labios disfrutan.
Las emociones reales no cambian,
tanto como la forma de percibirlas.
Con el tiempo, ya no tiene discusión,
que no toda evolución apareja una revolución.
Donde no alcanza la imaginación
se hace imprescindible la complicidad.
Donde yergue la encrucijada
una profunda marejada de ilusión.
Imagen: Yannik Nay