Nunca quise rendirme.
…
Nunca me he graduado en esta vida.
Fui un niño nacido del miedo,
y tuve miedo.
Confié en que todo saldría bien.
Salí a la calle movido por la curiosidad.
Envuelto en mil ilusiones.
No todo era ciencia.
Ni todo lo que hacemos
tiene correlación inmediata.
Uní voluntades mediante consenso,
y me alejé del engaño.
Aprendí a amar lo que hacía.
Mantuve la fe
y nunca me conformé.
Todo lo hice con la intensidad
del último aliento.
Retiré lo viejo y le di una oportunidad
para que creciera lo nuevo de forma gradual.
Viví la vida, mi vida,
con un punto de locura.
No soy nada si no soy
parte de algo mayor.
Los buenos cimientos
siempre permanecen.
No he dado las gracias
de manera suficiente.
Estudié a los grandes
e hice lo que quise.
Encontré una voz
y quien era yo.
Al fin y al cabo,
las cosas tienen una belleza
y una dignidad.
Agradecí a quien me enseñó
y a aquellos que quisieron
que les instruyera.
Mi vida fue mía.
Pero mis éxitos
fueron indisolubles.
Lo perdí todo
y gané mucho.
Lo necesario para sobrevivir
en las noches oscuras.
Entre las fronteras en las que me crie
gesté mi libertad.
Nunca pude rendirme.
Nunca quise rendirme.
Enero 2017