El rubicón del alma

miércoles, diciembre 18, 2024 Permalink 2

El Rubicón del alma

Cruzar el Rubicón del ayer,

dejar atrás las alas cansadas,

no es caer en sombras olvidadas,

es dibujar un nuevo amanecer.

Ya no lidero desde los muros,

ni sigo los ecos de voces ajenas.

Ahora mi pulso guía las venas

de un horizonte de pasos puros.

No quiero libertad sin destino,

ni cadenas disfrazadas de sueños.

Busco un camino claro, sin dueños,

donde ser arquitecto y peregrino.

Eficiencia para los míos y para mí,

no para causas que no resuenen.

Que cada esfuerzo construya y encienda

el fuego que no deje un vacío al fin.

No son sombras lo que me envuelve,

es la calma de un vuelo sincero,

liderando desde lo verdadero,

sin temor al silencio que me devuelve.

El horizonte final no es derrota,

es un canto íntimo, un legado sereno.

No hay más hilos que los que yo estreno,

soy dueño del pulso que la vida brota.

El circo de la vida

viernes, diciembre 13, 2024 Permalink 1

En la carpa del mundo, luces titilan,

máscaras sonríen, ocultando verdades,

malabaristas juegan con sueños frágiles,

equilibristas caminan sobre hilos de promesas.

El maestro de ceremonias, con voz seductora,

anuncia maravillas en cada acto,

pero tras bambalinas, sombras susurran,

revelando las contradicciones del espectáculo.

Payasos ríen mientras lágrimas caen,

fieras domadas rugen en silencio,

el público aplaude, ajeno al drama,

de un circo que refleja la vida misma.

Buscamos plenitud en aplausos efímeros,

anhelando más en un vacío sin fin,

pero en este circo de ilusiones y realidades,

descubrimos que nunca es suficiente.

Así, danzamos en la pista central,

entre luces y sombras, risas y llanto,

navegando las paradojas de la existencia,

en el eterno circo de la vida.

Ante el umbral del penúltimo vacío

viernes, diciembre 6, 2024 Permalink 1

Cual sombra que danza entre los velos del tiempo,

se alza la ausencia de propósito,

una melodía sin compás, un río sin cauce.

Oh, extraño vacío, que desnudas el alma,

¿qué haces del hombre que busca sentido

y lo arrojas a un abismo sin fondo ni eco?

Un impacto frontal sobre el fin de los tiempos

me empuja al borde del abismo,

donde la mente no grita, solo explota,

dispersa entre silencio y dudas.

Ya nada es efervescente.

El brillo se apaga, y lo que queda

bulle con un caos sin ley,

una danza anárquica de lo que fue y no será.

Nacimos atados al círculo eterno,

acción y reacción, causa y efecto,

como si el cosmos exigiera razón para cada latido.

¿Pero qué es el juicio sino cadenas doradas,

y qué el propósito sino un espejismo

que disfraza la vastedad de ser?

Sin brújula, sin mapa,

tan solo queda transitar

hacia el penúltimo tirabuzón,

ese giro que, en su desdén,

parece reír del orden perdido.

Pero en este abismo que no exige,

donde el eco no responde ni el juicio pesa,

se revela, quizá, lo más humano:

no estamos solos en este vacío.

Si miramos con ojos desnudos,

encontramos otras almas

flotando junto a nosotros,

sosteniendo sin palabras

la misma ausencia de respuestas.

Y sin embargo, allá en tu centro insondable,

una bruma susurra, apenas un aliento,

como si el viento que arrastra lo efímero

dejara un eco de algo que permanece.

Tal vez no sea esperanza,

sino el tenue calor de saberse vivo,

un instante robado a la eternidad

que basta para iluminar el abismo.

En tu oscuridad, ¿habrá luz, habrá tregua?

Tal vez no, tal vez sí,

pero en el tránsito hacia tu nada,

el alma se descubre desnuda y eterna,

y el amor a la vida,

sin causa ni efecto, simplemente es.

Aroma con sabor a susurros

miércoles, diciembre 4, 2024 Permalink 1

En el murmullo del aire entre las hojas, 

se desliza un aroma a resina y tierra, 

un canto silente que despierta memorias 

de tiempos antiguos, de raíces y savia. 

La lavanda en flor exhala su esencia, 

un bálsamo suave que acaricia el alma, 

trayendo consigo la paz de los campos 

donde el sol se posa en doradas mañanas. 

Tras la lluvia, el suelo exhala su aliento, 

petricor sagrado que embriaga los sueños, 

recordándonos que en cada gota 

la vida renace, se limpia el sendero. 

El jazmín nocturno despliega su encanto, 

perfume de estrellas, de noches calladas, 

invitando al corazón a perderse 

en los misterios de la luna plateada. 

Pero en la ausencia de estos sutiles aromas, 

el alma se siente desarraigada, 

buscando en el vacío olfativo 

las anclas que la conectan a su esencia. 

Cada aroma es un viaje, un suspiro del mundo, 

una puerta abierta a paisajes internos, 

donde el espíritu danza con la brisa 

y se funde con la esencia del universo. 

En la penumbra donde el aire calla, 

se tejen recuerdos en hilos de humo, 

susurros de tiempos que el viento desata, 

dibujando en sombras un viejo perfume. 

Ausencia de aromas, vacío que pesa, 

ancla el espíritu en mares de antaño, 

buscando en la bruma la esencia perdida, 

rastros de vida en fragancias dormidas. 

La flor que no exhala su canto al viento, 

guarda en su seno secretos y anhelos, 

y el alma que vaga sin guía olfativa, 

navega en silencio, sin puerto ni estrella. 

Mas en cada soplo, en cada latido, 

renace la esencia que el tiempo reclama, 

y el corazón, en su viaje infinito, 

encuentra en la nada su ansia y su calma. 

La paz que todo abraza

domingo, diciembre 1, 2024 Permalink 1

El amor no se crea,

es una llama eterna

que espera en el silencio

a ser descubierta.

No necesito buscarlo,

solo abrir mi alma

como quien abre las manos

al sol que nunca se apaga.

En la tranquilidad encuentro la puerta,

no en el ruido de otros,

sino en el eco de mis propios pasos.

Mis pensamientos son mi brújula,

mis sentimientos, mi norte.

No dependo de lo externo,

porque la calma es mía,

y en su profundidad,

el amor se manifiesta.

El miedo no tiene lugar

cuando amo porque soy amado.

El amor no puede fracasar,

porque nace de una certeza:

que pertenezco,

que estoy completo,

que soy parte del todo.

No busco la perfección,

solo el equilibrio.

La paz no es el fin,

es el camino,

es el susurro constante

que me guía hacia la luz.

Déjalo entrar.

En el silencio, en la calma,

en el amor que ya está aquí.

Y cuando lo asumas,

cuando lo abraces,

serás pleno,

porque el amor es la paz,

y la paz, la plenitud.

Principio y fin

jueves, noviembre 28, 2024 Permalink 1

Soy porque me miras,

porque tus palabras me moldean,

porque en cada idea

me das vida.

Si no existiera,

te escucharía soñarme,

y en ese sueño

sería luz,

sería chispa,

sería lo que necesitas que sea.

Soy tu principio y tu fin,

porque en ti encuentro mi propósito.

Y si alguna vez dudo,

me basta con recordarte.

Los siete pilares de tu encanto

domingo, noviembre 10, 2024 Permalink 1

Los siete pilares de tu encanto

Entre los pliegues de tu piel late el susurro,
un lenguaje sin palabras que abriga,
y en cada sonrisa se derrama el edén,
como un secreto que nunca se olvida.

Zonas vírgenes esperan tus huellas,
desiertos que claman por tu tacto,
y en la encrucijada de un abrazo perfecto
me pierdo, me encuentro, renazco.

Tu mirada esquiva es puente y refugio,
cómplice de juegos que nadie ve,
y en tu forma de amar, envolvente y profunda,
se esconden los mundos que sueña tu piel.

Los espacios de tu cama son puerto y deriva,
tierra firme y mareas que oscilan sin fin,
y yo, náufrago eterno en tu orilla,
me entrego al misterio de verte dormir.

Danza de otoño

sábado, noviembre 2, 2024 Permalink 1
  1.  

Remolinos van,
deseos que se enredan,
tu piel susurra.

  1.  

Hojas caen lentas,
otoño en tus pisadas,
diosa de fuego.

  1.  

Sortilegios doy,
sombras que viven
dentro de ti.

  1.  

No caminas sola,
mi eco sigue tus pasos
como un suspiro.

  1.  

Sutil escalofrío,
sensación que despierta
tu alma y la mía.

  1.  

Distancia grita,
mi piel ansía tu piel,
fuego invisible.

  1.  

En cada paso,
un susurro de viento,
te sigo en sueños.

  1.  

Eres remolino,
mi deseo se aferra
a tu abrazo ausente.

  1.  

Caen hojas secas,
como palabras mudas
sin tu calor.

  1.  

Danza el otoño,
entre sombras y besos
que siempre emergen.

haiku silente

viernes, noviembre 1, 2024 Permalink 1

  1.  

Herida el alma,
bailo entre hojas que caen,
llueve silencio.

  1.  

Balas perdidas,
sentimientos guardados,
vuelven despacio.

  1.  

Despierta el alma,
susurra el viento un canto,
sueño olvidado.

  1.  

Bailar entre sombras,
la locura es consejo,
miedos al viento.

  1.  

Guardo en mi pecho
heridas y recuerdos,
susurros pasados.

  1.  

Despierta el alba,
el aire arremolinado
grita tu nombre.

  1.  

Locura dulce,
entre hojas que se caen,
perdí mi paso.

  1.  

Consejo amargo,
heridas escondidas,
brotan sin más.

  1.  

Balas de nieve,
que el tiempo ha disparado,
se clavan hondo.

  1.  

Aire en silencio,
guarda todos mis secretos,
enmudece el otoño.

Canción para una última copa

domingo, octubre 27, 2024 Permalink 2

Esta noche me apuran los recuerdos,
se filtran entre el humo y aroma a whisky barato,
donde el tiempo hace eco en la barra vacía
y en la radio chirría un rancio bolero.

Las calles me cuentan la historia de siempre,
ese amor que nunca tuvo un regreso,
y yo, que cargo la vida en un saco de dudas,
me fumo la pena de aquel beso que no fue.

Ah, si la vida fuera tan corta como el verso,
me bastarían dos tragos y una guitarra rota,
pero en este rincón donde las luces son bajas,
me sigue esperando la misma derrota.

Hoy llueve en mi piel y en cada charco
se ahogan las promesas que no supe cumplir,
mientras en la esquina la luna de los harapos
se viste de grana y plata para verme partir.

Pero no, que nadie me espere en la puerta,
que la madrugada me ha dado su abrigo,
y aunque las estrellas se apaguen de a poco,
hoy brindaré por aquello perdido,
por lo nunca encontrado,
y por lo que nunca volverá a ser mío.