No mentiré para que acaricies mis penas. Confesas o no.
Chocaré con tu estrella en alguna esquina y quiero,
llegar perfectamente vivo para el acontecimiento.
Sería una herejía disfrutar ese vino con los ojos abiertos.
No deseo zurcir mi vida a base de lamento y fracaso.
La semilla necesita de exuberancia para germinar.
Mis deseos circundan tus labios como lobos en la estepa.
Sedientos de carne y agua de vida a cambio de la suya.
Un sombrero de gasa y tul sobre la silla.
Una espuela polvorienta harta de camino.
Un sueño deshojado entre vértigo y esperanza.
La paz de tu voz llamando por mi nombre.
Veo el fondo de mi copa.
Sigo la última gota,
miedosa por el fondo,
con el rabillo del ojo.
No es sabor lo que busco.
Es sofoco. Poder absoluto.
Disfrutar del cristal pulido .
Un placer para mi lengua.