Rendidas al destino

jueves, marzo 18, 2010 Permalink 0

Observo las hojas
secas en el jardín
rendidas al destino
tras su plenitud.

Me arrodillo.
Soplo bajo su manto
dándoles un último halo
A modo de aliento.

Una pirueta.
Revolotean un segundo.
Y caen majestuosamente
mostrando su envés.

Su última reverencia.
Su agradecimiento
al viaje eterno
en pulcro silencio