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La vida es una sátira peregrina que dibuja siluetas
donde deberían florecer promesas.
Una pléyade de consejos sobre la estética del tumulto.
Desnudar el anhelo y entregarte su tersa piel.
En el filo de mi locura enraíza tu presencia.
La magia de una esquina convergente.
Un dulce aroma que baja por mi garganta y burbujea.
Una orquídea de estremecida alquimia.
Arcilla modelada por el deseo consumado.
Un orgasmo que podríamos llamar boreal.
No aspiro a otros dioses que los terrenales.
Un umbral de tierra mojada y espaldas erguidas.
Si alguna vez el futuro deviene presente,
no dudo que se presentará así.