Me siento invencible.
Apuntalo estrellas con las alas quebradas.
Duele tanto esta maldición que ni gritándole me alivio.
Creo fábulas en serie sobre nubes errantes.
Danzo furtivamente con los recuerdos mientras
desgasto el tiempo inventando desencuentros.
El sueño revolotea embriagado mientras caigo en picado.
Bebo silencios a grandes sorbos. A golpe de intensidad.
No creas en mi palabra, pero no dudes de mi mirada.
Me cuesta crear suficiente polvo mágico para tus alas y las mías.
Llámalo crisis de fe. Aunque esto no deja de ser un camino de a dos.
Amas con movimientos aprendidos en una elegía de almas perdidas.
No te quiero únicamente entera, pero te necesito a mi lado.
Tal vez con poco cuerpo, pero con la totalidad de tu presencia.
Teatro de arte y sombra que dulcifica pasiones.
Un manto de ternura sobre un punto de locura.
Un puñado de sueños forjados de espino e ilusión.
Al final de esta vida tengo seguro que,
respetaré la oscuridad de las batallas libradas.
Pero en vida solo coronamos victorias cantadas
sobre un trecho de hierba totalmente asolada.
Aspiro a navegar entrelazado a bordo de una barca
con armazón de papiroflexia sobre tu piel inmaculada.
Amanecer acotado por la brisa que adormece mi espalda.
Enmudecen las campanas. Las tardes se anudan. Lo breve quiebra.
Los generales claudican. Las palabras se ahuecan, el color palidece.
Cuatro gotas libadas en frio cada mañana son insuficientes.
Despierto abrazado a la nada, encanecido por una sensación raída.
De tu cuerpo desapareció la vida. El mío no la ha recuperado nunca.
Eres la parte que no poseo del espacio intercostal que me sustenta.
No hay centímetro en el que no haya dejado mi impronta.
Leves susurros que fallecen “in crescendo”. Arqueos. Piel cuarteada.
Respiración entrecortada. Sublimación de lo intenso.
Allí donde la luna parpadea entre nubes, cristaliza el silencio.
Un tango resbala sobre tu cuerpo. Sin permiso. Sin compasión.
No existe la soledad. Tan solo mente y abrazos fugazmente vacíos.
El viaje eterno, el pulcro silencio. Desmenuzo caricias. Recolecto recuerdos.
Aprendí a coleccionar sonrisas repletas de magia y guardarlas bajo llave.
Fuiste mi valkiria. Mi compañera. Mi amante. Mi sueño.