Tarde de invierno

martes, febrero 18, 2014 Permalink 0










Tengo dos almas desmontables y cabalmente asimétricas.




Perfiladas, una, por una melancolía de preñada nostalgia.




Otra con la propensión a la exaltación más grande soñada.




O a los detalles imperceptibles que sientes bajo la piel.




Desmantelamos por encargo cada miedo heredado a traición.




Labramos fragmentos ineludibles que reverdecen bajo los dos.




Curiosidades estrafalarias que apasionan una risa convulsa.




La esencial inmortalidad de unos labios de tacto maravilloso.




Vértigo concentrado sobre el lunar que marca la entrada.




Movimientos de un cuerpo a la vanguardia de un alma errante.




La semántica optimista que da sentido a cada tarde de invierno.