Las ventanas del coche despiertan jaspeadas de noche.
En el poste de teléfonos, otea un cernícalo su primera presa.
Me hundo en el aroma del café y vuelo lejos.
En el borde de la niebla del pasado, donde mora la nostalgia,
estarás enroscada bajo la manta. Allá lejos, en tu casa.
Tus sueños y deseos, absortos, juegan bajo las sábanas.
Tu almohada sostiene un suspiro entrecortado.
Tu mente descansa.
Tu cuerpo emerge del submundo de la nostalgia.
Se insensata y disfruta de todo.
Deja que las palabras se arremolinen
Bajo el abrigo del viento de otoño.
No intentes decirme que alguien te espera cuando te sientes sola.
Tus barreras se abaten con un golpe de viento, y trazas de locura.
Bésame. Lo que se lleva el viento, no infunde miedo, ni explicación.