Tu decides

martes, marzo 30, 2010 Permalink 0

Sobre un campo

eternamente virginal,

tristeza e ilusión,

miden sus armas.



Por un lado:



Lágrimas saladas e inertes.

Pies descalzos magullados en el camino.

Penas que oprimen hasta sesgar el aliento.

Confidencias traicionadas.

Palidez ante un futuro menguante.

El filo del abismo cierto e inmenso.

Llaves que cierran cualquier atisbo de luz.

Paseos con la mirada perdida y el alma ausente.

Momentos en que la frágil cuerda se vuelve espino.



Por el otro:



Un manojo de sonrisas encaramadas en tu rostro.

Abrazos con aroma a jazmín.

Cálidos labios en el umbral de una cama.

Ventanas abiertas con matices de mar.



Tú decides

donde quieres estar.

O bien, si quieres,

te puedo rescatar.