Un gozo clandestino

sábado, marzo 3, 2012 Permalink 0
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El otoño sabía a sangre.


El último grito de la tarde.


Un remolino de aromas.


Un gozo clandestino.





Revolotean recuerdos suspirados.


Cesa la lluvia sobre tus pies.


Me acordé de ti,


y viene a dejar una estrella.





Eres ese licor que quita mi sed de esperanza.


Destierras mis pesadillas con tu sola presencia.


Trazos de aire cálido que me atan a las cosas simples.


Eres canción que se llora, sin querer llorar.