Una regia sonata fenece en el acontecer del cuarto movimiento.
A las puertas del horizonte la sabiduría entorpece la creación.
La crasa convicción de la sangre desbordante de la entrega.
El valioso fluido del que emana la vida y la propia muerte.
Soy un ingenuo perseverante. El sereno de la oscuridad plañidera.
La costumbre que, a fuerza de repetición se convierte en habilidad.
La contemplación juiciosa que no se imbuye sino que observa.
El yermo campo de batalla donde las energías reposan.
Necesito nutrir levemente mi espíritu para poder remontar.
Acontecer más allá del leve suspiro, cercano a la fantasía.
Una conmoción profunda que tapice cicatrices a plomo.
Un príncipe de variedades apasionadamente díscolo.
Un pedazo de ti, a modo de fetiche. Fragmentos de eternidad.