Mundos mejores

domingo, mayo 26, 2013 Permalink 0

Hay un destino para cada historia que vivimos.

Ahora, no tengo tan claro que, en el momento

en que iniciamos una segunda, o tercera,

no estemos lastrados por nuestro propio destino.

Gruñimos desesperados ante un ejemplo indeseado.

Testimoniamos la derrota de los abanderados renegados.

Tenemos pánico a la palidez de la tarde silente.

A que las cartas recibidas no tengan remite.

Temblamos ante la pérdida de la llave

que nos deja encerrados entre cuatro paredes.

A que los muertos vuelvan o nunca se vallan.

A que mis memorias sean comedia y no prosa.

A que resplandezcas y no pueda estar allí.

Que una flecha me quite la vida en vez de dármela.

A que una fotografía se vuelva anónima de rostro.

Que los mapas sean refugios concéntricos.

Que lo silvestre se limite a un vacío relámpago.

Que las alas batan y no cambie el mundo.

Que el vino me quite lucidez entre desconocidos.

Que la hierba me cubra y me impida su aroma.

Debe haber mundos mejores.

Pero no es mi mundo.