Tuya es mi primera página y,
como pago de ese regalo,
Te cedo mi epitafio en blanco.
Me confino en mis memorias.
Una actitud alarmante me inspira.
Niego la costumbre a favor de la alternativa.
Te invité a venir y has venido.
Nunca tuve miedo a hacerlo.
Hasta que imaginé tu ausencia.
Restauro o creo una vida nueva.
Una ansiedad de urgencia que me ciega.
Llegarán nuevas historias noveladas.
Mis prejuicios no han tenido fundamento.
Pero han marcado mi vida profundamente.
Instrucciones deslavazadas sobre la vida.
Vivo en un circo domando mis miedos.
He colapsado de emoción un sin fin de veces.
Contactos fugaces sin significado. Con consecuencias.
El niño que recordaba ha desaparecido.
En su ausencia enarbolo un puñado de canas.
Un corazón estremecido y desobediente.
He calcado mi sombra sobre la tierra.
Cada ráfaga, cada rocío, lo desdibujaron.
Me queda el recuerdo imborrable que nunca existió.
Carezco de sentido.
Transcurre mi tiempo
Y me reconvierto. Cada vez.