De camino a la habitación
mi mente se adelanta.
Ya ansia tu llegada
desmenuzando tus caricias.
Donde el mundo se detiene
comienzan las alabanzas.
Donde acaba tu sonrisa
anida el deseo.
Abajo quedan las flores
injertadas de caricia templada.
El viento aullando en la esquina,
retozando con las flores del jazmín.
Esperan un nuevo día
para tocarte furtivamente
mientras recorres la vereda
para apagar el candil.