Érase una vez lo que nunca volverá a ser.
La primera vez.
El último aliento.
El silencio del miedo.
La magia inocente.
La frustración presente.
La perfección del momento.
El sudor de la palma de la mano.
El cariño de tu niñez ausente.
El sueño eterno.
La risa franca.
El aroma a ausencia.
El limbo de nuestro credo.
Me quedo con un simple sueño
mientras las estaciones del tren
se van recortando en el horizonte
y convergen las vías de acero.
“Se apaga la luz del cine. Te sientas a mi lado,
mientras extiendo palomitas en tu regazo
para recogerlas una a una confabulando,
ausencia de luz, deseo y una creciente emoción.”