Lápices mellados

miércoles, octubre 14, 2020 Permalink 2

Te dejé mientras florecías.

Cuando apenas sabias caminar.

Por las veredas y arroyos.

Mientras te hacías mujer.

Con el tiempo me tropecé

Con lo que pensé que era

el alma errante de una mujer.

La culminación de una vida intensa.

La piel ajada.

Los labios rajados.

La mirada vacía.

El alma surcada.

No pasó la belleza.

Intrínseca entre sollozos.

Ni tan siquiera las ilusiones,

hoy florecidas a menos.

En alguna cama

no hubo despertar.

Ni lluvia.

Ni libertad.

Los lápices mellados.

Las esquinas destruidas.

La oscuridad bajo tus párpados.

Las intenciones, caducadas.

Ya somos madera.

Demasiado angosta.

Demasiado cuarteada.

Para volver a esculpir.

Siempre me trataste bien.

Incluso en sueños.

Incluso en las luchas

Tratando de sobrevivir.

Nunca nos desnudamos

Ni mostramos la piel.

Siempre estuvimos

entre carne viva y dolor.

En mi libro de recuerdos,

convives con el espacio

de las nubes furibundas

y la salobre orilla del mar.