Vivimos rodeados de impactos.
Algunos los elegimos. Los menos.
Otros nos eligen como diana
de sus intereses y manipulaciones.
…
Estos últimos no me interesan.
Pero si los que elegimos .
Esos que poco a poco vamos sacrificando
hasta que la rutina los convierte en molestos.
…
Cuando escribes, alguien te lee.
Y esperas que cree algo.
Indignación, solidaridad,
Respeto, apoyo. Incluso ilusión.
…
Y no te confundas,
con sentirlo dentro
ya tengo mi alma
plena y satisfecha.
…
Cuando el mensaje es fresco y nuevo
lo exteriorizamos repitiéndolo.
O bien comentando tu parecer
en el mismo o distinto formato.
…
Cuando la rutina se apodera de ti.
sigues leyendo, porque lo necesitas.
Pero como siempre está ahí.
te lo tragas como el café de la mañana.
…
Ese que no te das cuenta
que lo acercas a tu boca
hasta que te inflama
o su amargor te despierta.
…
Aquellos que escribimos,
lo hacemos para expresar.
Y quien lee, por curiosidad,
o para recordar que están vivos.
…
No elijo. Si lees lo que escribo tienes ti cariño y mi agradecimiento.
Solo te pido una cosa sencilla, y no te cuesta nada.
Lee. Siente. Critica. Emociónate. Ríe. Llora o sanciona.
Pero no pases de largo en silencio. Me matas.