Atesoro sensaciones

miércoles, mayo 13, 2015 Permalink 1

 

Siempre me he preocupado de vivir, disfrutar y sentir

Sin la obsesión de atesorar, literalmente, cada recuerdo.

Siempre he preferido olvidarlo todo y luego, evocarlo,

cuando repito la sensación o añoro un sentimiento.

 

Vivir la vida en serio, ha sido mi lema.

Nunca me ha esclavizado su necesidad.

Un arte singular, parecido a la esgrima,

donde la defensa y el ataque se convierten

en un baile de salón, cabalmente sincronizado.

 

Hoy,

atesoro sensaciones.

Amigos.

Nostalgia.

Deseos.

E ilusiones.

 

Cuando tomo café con ellos,

cariñosamente nos tratamos de tu.

Intercambiamos recuerdos sin dogma alguno,

y vencemos el insomnio con el alma a cuestas.

 

La vida

martes, mayo 12, 2015 Permalink 0

 

¿Qué es la vida?

¿Lo que transcurre en tu presencia?

¿Lo que queda del mundo?

¿Lo que comparten los que te quieren?

¿O lo que te desposee el adversario?

 

¿Somos humo o presencia?

¿Herencia o virtud?

¿Momentos inconexos?

¿O una realidad fasciculada?

 

¿Eres lo que deseas?

¿O lo que posees?

¿Tal vez lo que fuimos?

¿Lo que ya no seremos?

 

Me inquieta.

Me sorprende.

Me corroe.

Me fascina.

 

¡Que la vida,

que me da luz propia,

me sorprenda un día,

y el resto también!

 

Al fin y al cabo,

Cuando el miedo nos rodea,

ya posee tu alma atormentada,

aun cuando piensas en mi,

como un ser querido.

 

 

 

Este no soy yo

viernes, abril 24, 2015 Permalink 0

 

En esta vida, ya no veré muchas cosas nuevas.

Me he sorprendido atesorando tiempo y recuerdos,

con una ansiedad impropia de un ser humano feliz.

 

He soñado, y alcanzado, mucho más de lo que mi mente creó.

He dado color a realidades que sentí incapaz de soportar.

He volado tras el humo del hogar hasta tejados quebradizos.

 

Al final es mi sombra la que termina en mis pies y no al revés.

La nitidez del arcoíris solo la ilustro entre el blanco y el negro.

Y mi voz balbucea convencimientos mas allá de seducirte.

 

Este no soy yo.

Soy el naufragio

de aquello que fui,

y quise huir.

 

Sentida felicidad

jueves, abril 23, 2015 Permalink 0

 

 

Sofoquemos la ignorancia con lo cercano.

Envejezcamos de manera pausada y atenta.

 

Tratemos de superar lo escrito por nuestros ancestros.

Desertemos del hambre como de la autocomplacencia.

 

Seamos espiga e incienso.

Abrazos y sentida felicidad.

 

 

 

 

 

Trazas de locura

miércoles, abril 22, 2015 Permalink 1

 

 

Las ventanas del coche despiertan jaspeadas de noche.

En el poste de teléfonos, otea un cernícalo su primera presa.

Me hundo en el aroma del café y vuelo lejos.

 

En el borde de la niebla del pasado, donde mora la nostalgia,

estarás enroscada bajo la manta. Allá lejos, en tu casa.

Tus sueños y deseos, absortos, juegan bajo las sábanas.

 

Tu almohada sostiene un suspiro entrecortado.

Tu mente descansa.

Tu cuerpo emerge del submundo de la nostalgia.

 

Se insensata y disfruta de todo.

Deja que las palabras se arremolinen

Bajo el abrigo del viento de otoño.

 

No intentes decirme que alguien te espera cuando te sientes sola.

Tus barreras se abaten con un golpe de viento, y trazas de locura.

Bésame. Lo que se lleva el viento, no infunde miedo, ni explicación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sangre y piedra

martes, abril 21, 2015 Permalink 0

 

 

Fui sangre y fui piedra.

Inerte y helada.

Helada e inerte.

Casi caduca.

Das coherencia

al lejano tañido

tras la desolación.

Reduces a una coma

la encíclica que desbasta

el instante desnudo.

Una incontable constelación

conjura el pavor de mi llanto.

 

Salpicando sonrisas

viernes, abril 17, 2015 Permalink 0

 

Llueve una banda sonora indescifrable

El otoño viene a morar sus tres meses y un día.

Las piedras del jardín se resisten a evaporar

los últimos rayos atesorados del verano.

 

Una etérea flor de buganvilla se suicida,

salpicando sonrisas sobre los charcos.

Las vasijas abren, aun más, sus bocas

en busca de un hálito de agua.

 

El silencio ha emigrado.

Las tejas ejecutan su cacofonía otoñal.

El olivo gotea con la parsimonia de su aceite.

 

Las macetas se inundan y todo el jardín

toma un color intenso y brillante ,

mientras la luz de la tarde agoniza.

 

Me doy cuenta que me agrada

el hecho de sincronizar mis años

mientras jugueteo con tu recuerdo.

 

 

Mi centro de gravedad

jueves, abril 16, 2015 Permalink 0

 

Acontecerá la esperanza.

 

Y con ella, tu presencia.

 

Gracias.

 

Por impedir que me ahogue con mi propia vida.

 

Por escuchar pacientemente cuando ni yo sé lo que quiero.

 

Cuando los botones se desordenan y sonríes mientras te acercas.

 

Por esperar por mis papeles garabateados de vida y locura.

 

Gracias.

 

Por las minucias que dan fruto al despertarme, aun de noche.

 

Por cambiar tu respiración por la mía hasta que se acompasa.

 

Por tus manos mansas y cálidas que contienen, al menos, dos mundos.

 

Por ser mi centro de gravedad y el reflejo nítido de mis oraciones.

 

Gracias.

 

Por la satisfacción del perdón recibido y nunca solicitado.

 

Por cerrarme en tu círculo al borde del mar con el pliegue de sus olas.

 

Por la ausencia de secretos y la memoria henchida de felicidad.

 

Gracias.

 

Nada concreto

martes, abril 14, 2015 Permalink 0

 

 

Me atormenta la nostalgia.

Nada concreto.

Tan solo el tiempo

que ya no respiro.

 

Las frases olvidadas.

Los actos no perpetrados.

El lento quejido.

Los gritos imperceptibles.

 

La distancia milimétrica.

Lo obsceno de la calma.

La pérdida de entusiasmo.

El exceso de conocimiento.

 

Las guerras. Las malditas guerras.

Las sanguinarias y las incruentas.

Esas que que no matan,

pero horadan la autoestima.

 

He olvidado músicas enteras.

Hago esfuerzos redoblados

para seguir hablándome

cuando me enfrento al espejo.

 

Caminamos juntos,

y seguimos en soledad.

Sobreviviendo.

Respirando ecos.

 

Sin valorar que,

con un chasquido de tus dedos,

estaría dispuesto a colgar

mi gabardina en tu perchero.

 

Llevo cambiados

mis pasos de baile.

Mi mente vuela sola

y no sabe asirse a tu mano.

 

Un espejo me presenta

la curva de tu espalda

y me quedo sin opciones:

Quiero aprender a amarte.

 

Sin dejar de caminar.

Sobre los raíles del tren.

Sin estaciones.

Juntos.

Mi silencio.

lunes, abril 13, 2015 Permalink 1

 

No hace falta que tus manos se posen en mi cuerpo.

Pues eres fuente inagotable de sueños y deseo.

Y aunque mi apetito por ti siempre superó mi juicio

No dejo de guardar una bala que siembre el silencio.

 

Mi silencio.

Eres la infinita cintura bajo tu sombrero al viento.

La arcilla resbaladiza que alberga entre los dedos.

La lumbre que da la espalda al frio de la noche.

El deseo criado en el aire que anida en tu pecho.